domingo, 2 de marzo de 2014

Verdad.

Tus ojos son los culpables de mi locura.

Promesa.

Esta mañana se ha colado un rayito de sol por tu ventana, que es la ventana de mi habitación, se ha asomado y me ha pillado metiendote mano, esta mañana, sí que hacia calor.

Me deje la vergüenza olvidada en el fondo del vaso en el último bar, la mirada perdida, la voz oxidada, depierto en tu cama y me da por cantar, dame el tiempo que no te haga falta y prometo invertirlo en caricias en tu espalda.