lunes, 15 de diciembre de 2014

Ya no recuerdo el sabor de tus labios ni el tacto de tu piel. Ni siquiera recuerdo el sonido de tu voz. Ya no recuerdo la última vez que nos miramos como locos enamorados, como si todo lo de alrededor se esfumara por completo, como si en ese momento no importaba nada más. ¿Quién me iba a decir que todo esto, con lo que nos ha costado, desaparecería en un abrir y cerrar de ojos? ¿Cómo iba a saber que ese hasta luego en realidad era un adios? ¿Y cómo iba a saber que, al final, no moriría por estrujamiento? Quiero odiarte, pero no puedo. Creí que te echaría más de menos, aquí pocas cosas me recuerdan a ti y es más fácil distraerse pero, en el fondo, sé que necesito tus abrazos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario